La lluvia desbarata el paso de los costaleros y de los tacones altos sobre los resbaladizos adoquines, mientras Sevilla se recompone en soportales y tabernas, para regocijo de los paganos
La lluvia será una bendición para el campo, pero en Sevilla por Semana Santa la lluvia es una catástrofe. Aquí llaman a la NASA para confirmar los peores presagios, en la esperanza de que sus satélites se equivoquen. Pero los satélites, a diferencia
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